Hace pocos días un amigo que participa en varias dinámicas populares me pidió un favor que fue el germen de esta entrada. A sabiendas de la importancia de comunicar bien el evento que están organizando, estuvimos planteando el plan de comunicación juntos.
Las personas que hemos participado en movimientos sociales conocemos de sobra los retos que se suelen plantear a la hora de organizar eventos o acciones de manera colectiva y voluntaria: tener que sacar jugo a los recursos que hay (en muchas ocasiones escasos), que el grupo no se queme en el camino, conseguir el mayor eco posible, regular el peso de las diferentes agentes participantes…
Aunque diría que pasa cada vez con menos frecuencia, todavía es habitual no arrancar con las tareas comunicativas hasta que la organización está casi terminada. Aunque nos atraiga más o menos el tema de la comunicación, tiene un gran peso y condicionará la difusión de aquello que estamos organizando.
Ahí está la primera clave: junto con las tareas organizativas y la organización de infraestructuras, deberíamos trabajar la comunicación de manera paralela. Y sin olvidar que el trabajo comunicativo que realicemos tiene que responder siempre a los objetivos del evento.
Supongamos que en el grupo que se está encargando de la organización no hay ninguna persona del ámbito de la comunicación. ¿Supone esto que tenemos que dejar de lado la comunicación? ¡Por supuesto que no! También podemos trabajar la comunicación de manera comunitaria.
Utilizaremos el siguiente ejemplo como hilo conductor de este artículo: durante los próximos 3 meses 5 bares de nuestro pueblo vamos a promover el consumo de bebidas locales; en concreto, en nuestra localidad hay dos productores de cerveza artesana y tres sidrerías. La asociación de comerciantes local nos ha dado una pequeña cantidad de dinero. El ayuntamiento no nos financiará, pero ha mostrado su disponibilidad para ayudar con las infraestructuras.
Para empezar, varias preguntas que responder. Nadie mejor que vosotras para responderlas:
En nuestro ejemplo, el principal objetivo del evento sería que aumente el consumo de bebidas locales. En cambio, el objetivo comunicativo sería el siguiente: desarrollar acciones concretas para que el evento se conozca a nivel local y la venta aumente respecto de las cantidades actuales, tanto durante el tiempo que dure el evento, como después.
En nuestro ejemplo, además de los bares, puede ser interesante implicar también en la organización a las 5 entidades que producen las bebidas, el ayuntamiento, la asociación de comerciantes y el medio de comunicación local. Aunque no están dispuesto a participar en el grupo organizativo, el grupo local que trabajo a favor de la soberanía alimentaria nos va a ayudar a organizar el propio evento. Intentaremos trabajar de manera colaborativa.
En nuestro ejemplo, podemos diferenciar dos grupos principales: las personas que son clientela habitual de esos 5 bares y las personas que son clientela de otros bares, mayores de edad.
En nuestro ejemplo, tendremos en cuenta las infraestructuras y facilidades que nos ofrece el ayuntamiento y el dinero aportado por la asociación de comerciantes. Teniendo en cuenta los recursos limitados, abriremos la puerta de las colaboraciones para conseguir más recursos.
En nuestro ejemplo, podemos contar con la revista local y con las vías de comunicación del ayuntamiento. También pueden ser de gran ayuda las entidades productoras.
En nuestro ejemplo, no hay ningún material preparado previamente para el evento. Utilizaremos los soportes físicos que utilizan las entidades productoras para promocionar sus productos y también el vídeo promocional del que disponen.
En nuestro ejemplo, la campaña se pondrá en marcha en un pueblo en el que el uso del euskera es muy alto. Asimismo, la clientela de los bares que van a participar es mayoritariamente euskaldun. Por tanto, el idioma que usaremos principalmente para la comunicación será el euskera. Queremos subrayar lo local, mostrando las personas de los bares y de las entidades productoras, para que la ciudadanía sienta el evento como algo cercano. La tarea de pensar el nombre del evento se la contrataremos a una empresa local del sector de la comunicación.
En lo que respecta a las personas que son clientela habitual de esos 5 bares, lo que esperan son nuevas oportunidades; es decir, que la oferta de su bar habitual se amplíe y que se premie de alguna manera su fidelidad. En el caso de las personas que no son clientela de esos 5 bares, la razón de que se adhieran al proyecto será la concienciación.
En nuestro ejemplo, los objetivos serán cuantitativos: queremos que la venta de cada bebida aumente un 5% en cada uno de los bares participantes mientras dure la dinámica, y que al menos una persona que no era cliente habitual de cada bar consuma al menos una bebida local.
En nuestro ejemplo, hemos decidido hacer unas tarjetas-sorteo dirigidas a las personas que ya son cliente de los bares participantes; la empresa local que se dedica a la comunicación se encargará de diseñarlas. Para llegar a las personas que no son clientela habitual de esos bares, utilizaremos un cartel, los vídeos de las entidades productoras y una nota de prensa.
En nuestro ejemplo, realizaremos tres acciones principales: 1) Repartiremos tarjetas sorpresa a las personas que son clientela habitual de los 5 bares cuando consuman una bebida local, 2) Crearemos carteles, los pegaremos en la calle y la revista local lo difundirá de manera gratuita (gracias a la colaboración acordada) y 3) Difundiremos los contenidos creados a través de las redes sociales de los bares y entidades productoras participantes.
En nuestro ejemplo, la planificación no está realizada todavía. En la siguiente reunión repartiremos los tiempos y las tareas.
Imagen: Rachel Lynette French