Es bastante curioso cómo he llegado a elegir este tema.
Ahora que estamos superando la crisis sanitaria creada por la COVID-19 (todavía está por ver el alcance final que vaya a tener la crisis económica), podemos pensar que cada persona ha actuado de un modo parecido a ciertas circunstancias, aunque no de la misma forma.
Un día de esos, según iba por la calle, la forma en la que actuaba me hizo pensar que igual lo hacía así porque soy de una manera concreta. En este caso, profesionalmente, soy programador.
IMPORTANTE: NO SOY INFORMÁTICO; SOY PROGRAMADOR.
Aritz Etxeberria Altuna
La forma de pensar de quienes programamos a veces puede ser un poco curiosa. Y creo que eso puede influir en nuestras decisiones diarias.
Voy a exponer diferentes situaciones que han sido cotidianas durante las últimas semanas, cuando la situación era realmente grave.
Estas situaciones pueden tener su parecido con la programación. He pensado que así puede ser más fácil (y también original) imaginar cómo llega a pensar una persona programadora. O por lo menos, cómo lo hago yo.
Sí, algunos casos expuestos pueden ser situaciones llevadas al límite.
Pero en el fondo, así es la programación, ya que el error puede estar en cualquier lado.
¿No habéis sentido estrés al salir a la calle en los momentos más complicados? Estar continuamente pensando en diferentes escenarios, y al mismo tiempo tomar decisiones, cansa nuestra cabeza.
En la programación es algo muy parecido. Estar programando duranto toda la jornada laboral es imposible, y aunque se puedan gestionar diferentes proyectos a la vez, es mucho más sencillo hacerlos de uno en uno y con pequeños objetivos.
Si es así, no tenéis que pensar que vivís en una constante paranoia. Puede que tengáis la cabeza de un/a programador/a, y hasta ahora no os habéis dado cuenta de que era así.
Yo he sacado esa conclusión. Que la forma de hacer frente a diferentes circunstamcias de la vida, está unido a mi trabajo profesional. Y si todo lo que os he contado es simple casualidad, por lo menos, me ha servido para quitar la teoría de la paranoia de la cabeza.
Fotografías: 胡 卓亨 y Anthony Chiado