En diseño gráfico buscamos siempre el equilibrio. En portadas con imágenes, trabajos editoriales, en los carteles que se combinan imagen y textos, páginas webs…
Podríamos decir que la persona que se dedica al diseño gráfico es una buscadora incansable del equilibrio.
Una vez tenemos el contenido y el formato, empieza el baile. Colocando el texto en el lugar más adecuado, cuidando la proporción de las imágenes, etc…
Creo que hay muchas formas de bailar, aunque todo se resuelve a una misma sensación del equilibrio. Un mismo diseño puede verse como un trabajo no muy bien equilibrado por algunas personas, y a la vez otros verlo como un trabajo lo suficientemente equilibrado. Porque no todas las personas partimos de un mismo lugar de visión y de comprensión de la armonía.
Pero si un diseño es bueno siempre se verá armónico. Cada elemento ocupará el lugar exacto que le corresponde y el espacio estará bien repartido, creando entre los dos una simbiosis perfecta.
Para las personas que trabajamos en diseño gráfico es un reto muy interesante tener que colocar proporcionalmente y en equilibrio todo el contenido que la persona que nos ha solicitado el trabajo nos traslada. Como si se tratara de un gran puzzle. A veces solemos proponer reducir el volumen del contenido, pero no siempre se puede. Y es entonces cuando empezamos a reducir la tipografía más de lo debido, colocar las imágenes lo mejor posible dentro de lo que «cabe», y a tomar decisiones drásticas sacrificando espacios. Pero es verdad, que aun así conseguimos armonizar. ¡Buscaremos eternamente el equilibrio!
A veces, cuando el espacio está a nuestro favor, nos convertimos en mujeres y hombres del espacio, y creyéndonos con poderes sobrenaturales y escuchando el susurro del vacío colocamos la estrella más brillante del firmamento en el lugar exacto…
…y aunque parezca contradictorio, el diseño más llamativo nace al colocar la estrella en desequilibrio. Porque hemos tenido la valentía de mostrar el equilibrio del desequilibrio.