Hace un par de semanas o así decidí cuál iba a ser mi siguiente Martxan. Pero resulta, que lo que tendría que haber sido un Martxan técnico, al final ha sido de agradecimiento.
Cuando llegan personas nuevas a TaPuntu, sean trabajadoras o personas en periodo de prácticas, suele ser habitual dar la bienvenida a través de las redes sociales. Son momentos alegres, llenos de ilusión, y así lo comunicamos. Sin embargo, las despedidas no son tan alegres, y por tanto normalmente se gestionan en modo privado, sin comunicarlo a los cuatro vientos. Hoy, es el momento de decir adiós a Elixabet, nuestra compañera que estos últimos meses ha trabajado en TaPuntu, y aunque no sea un momento alegre, quiero dedicarle estas palabras para agradecerle lo que nos ha dado durante este tiempo.
Has estado con nosotros en dos fases diferentes. La primera fue durante el verano de 2018. Viniste para poner en práctica todos los conceptos aprendidos en la Escuela Área de Donostia. Después de unos meses trabajando bien, nos quedamos con la pena de no poder ofrecerte una oferta de trabajo. Estábamos envueltos en el proceso de traslado a Usurbil, pero siempre dejamos abierta la puerta a un futuro.
Y tu momento llegó a primeros de 2019. Una vez en Usurbil, vimos necesario contar con una persona más para hacer frente a los retos que venían. Y por supuesto, tú fuiste la primera opción para aumentar el grupo que formábamos.
¡Y menos mal que nos dijiste que sí!
Siempre has resuelto bien los trabajos de las áreas que dominas, pero sobre todo estamos muy agradecidos y agradecidas, y yo personalmente, por el esfuerzo en aprender y sacar adelante aquellas áreas que no eran tu fuerte. La disponibilidad al trabajo no es una cualidad que se encuentre siempre.
No han sido unos meses sencillos para las personas que formamos TaPuntu. Mucha carga de trabajo, y al mismo tiempo y por diferentes motivos, no has podido encontrar el grupo al máximo de sus posibilidades.
Aunque nuestros caminos se separen de nuevo, ahora tampoco cerramos ninguna puerta. Nos conocemos bien mutuamente, y no se puede saber lo que nos traerá el futuro.
Eskerrik asko, Elixabet!