08/01/2016

martxan

¡Cuantos borradores, ideas, agobios, dudas, enfados, reuniones… a la hora de la elegir un nombre de proyecto! Cualquier persona que tenga un proyecto en mente, sabrá de sobra los dolores de cabeza que puede llegar a dar el determinar el nombre definitivo del mismo para que éste pueda plasmar correctamente la identidad del proyecto. Un sinfín de dinámicas, tormenta de ideas, consejos, preguntas acerca de connotaciones positivas y negativas…

Aquella persona que tenga suerte podrá superar la difícil tarea de dar con el nombre y cumplirá con el objetivo.

Lo que está claro es que para que el nombre nos agrade del todo, será necesario que le demos un tiempo. Tras haberlo repetido una y otra vez, puede que el nombre coja a su vez, fuerza y sentido. Aunque también puede pasar que, tras haber pasado un tiempo, nos demos cuenta de que nos encanta o de que lo queremos cambiar por completo.

En el caso que nos encontremos en esta última situación, todas las tareas adelantadas en relación a la marca y todo el dinero invertido en ella será en vano. Todos los logotipos, tarjetas de visita, firmas… adaptadas al nombre deberán de descartarse, pensar y trabajar nuevas opciones para la marca.

En otras ocasiones nos suele ocurrir que olvidamos por completo o nos damos cuenta tarde de que existen una serie de condiciones legales que fijan los diferentes registros de asociaciones, cooperativas… Por las ganas que tenemos de convertir en realidad el proyecto, solemos empezar la casa por el tejado y olvidamos por completo estas condiciones legales que, nos gusten o no, debemos cumplir para que desde el registro correspondiente no nos rechacen el nombre seleccionado.

Es verdad que el propio equipo de TaPuntu, ha solido vivir de cerca este tipo de situaciones: poner en marcha procesos para crear una imagen corporativa y tras haber terminado la misma, al poco tiempo darnos cuenta de que todo el trabajo realizado no ha para mucho. Bien porque las propias personas promotoras han decidido cambiar el nombre o porque se han visto obligadas a cambiarlo por temas legales.

Es por ello que antes de determinar el nombre a un proyecto o idea es conveniente tener en cuenta estos pasos:

  • En primer lugar, conseguir que el propio nombre que vamos a crear sea acorde a los objetivos y características del proyecto. En definitiva, que tenga una razón de ser.
  • Tras ello, crear el nombre y dejar que pase un tiempo para ver si nos convence del todo. Preguntar a personas cercanas y decidir si nos da bien al oído o no.
  • Antes de trabajar la propia marca, preguntar en el registro correspondiente, que será diferente según la forma jurídica elegida, si el nombre es apto o, por el contrario, nos lo rechazan…

Para finalizar, aquí debajo os dejamos algunos ejemplos reales de lo citado en la entrada que acabáis de leer:

Mapas prozesua

Trinko Lasarte-Oria prozesua