05/05/2017

A la hora de crear una imagen corporativa, lo habitual suele ser trabajar la marca de manera aislada. Es decir, analizar el entorno, decidir el nombre, los objetivos y las tendencias del ámbito y, por último, desarrollar la imagen gráfica que plasme todo ello.

Pero esta forma de trabajar no sirve para todos los casos. A veces es necesario crear «sub-marcas». Es decir, que siga existiendo una marca principal, pero también otra u otras «sub-marcas» que tengan algo en común con la principal.

En otras ocasiones hemos hablado en esta misma sección En marcha sobre el proceso de creación de las marcas. Por ejemplo, en cierta ocasión hablamos sobre la tarea de elegir un nombre de marca y sus dificultades.

Pero, volviendo al tema de hoy, ¿qué es el sub-branding?

Imaginemos que somos parte de una empresa que trabaja en el primer sector. Durante años hemos producido nuestras verduras de manera tradicional y las hemos comercializado bajo el nombre «NuestraHuerta».

Con el paso del tiempo, hemos decidido sumergirnos en la producción ecológico. Hemos decidido que, sin abandonar la marca principal trabajada durante años, queremos comercializar los nuevos productos de manera diferenciada bajo la marca «NuestraEcoHuerta».

Pues este sería un caso típico en el que tendría mucho sentido trabajar el sub-branding.

Es muy típico utilizar las «sub-marcas» para dirigirnos a un nuevo público. Las características de la nueva marca serán diferentes, pero sin perder la conexión con la marca principal. Desarrollar un buen Sub-branding ayudará a mejorar la confianza que tiene el público hacia nuestra empresa o proyecto.

Factores que pueden servir para unificar una «sub-marca»

Es de vital importancia mantener de alguna manera la coherencia entre la marca principal y la «sub-marca». Para ello, podemos utilizar los siguientes factores:

  • Mensajes/palabras/frases en común.
  • Usar una paleta de colores unificada o parecida.
  • Utilizar las mismas tipografías.
  • Estructura y estilo en común.
  • Icono en común.

Claro, no es necesario utilizar todos los factores a la vez. Habrá que dejar espacio para que cada «sub-marca» tenga su propio carácter e identidad.

Equilibrio entre las marcas

De una manera o de otra, habrá que analizar en profundidad el equilibrio entre las marcas. ¿Tienen ambas (las dos, las tres…) la misma importancia? O, ¿queremos que se vea con claridad que una es la marca principal y las demás son secundarias?

Tres preguntas para decidir si tiene sentido crear una nueva «sub-marca»:

  1. Dentro de nuestro público objetivo, ¿hay suficiente gente para crear un nuevo segmento?
  2. ¿Tenemos suficientes recursos para desarrollar la nueva marca en el futuro?
  3. ¿Nuestro catálogo de productos o servicios es lo suficientemente amplio como para «alimentar» una «sub-marca»?

Varios ejemplos

Sub-branding adibidea

Sub-branding adibidea

Sub-branding adibidea

Sub-branding adibidea

Por tanto, el sub-branding es una opción muy interesante, pero que hay que analizar detenidamente antes de desarrollarla.